Después de tres largos meses el jugador Modric empieza a vislumbrar el fin del túnel de su grave lesión. Han sido días de sufrimiento, no tanto físico como psicológico, que se han ido superando por la ilusión de volver a los terrenos de juego. La entrada de un jugador en la dinámica del equipo después de una larga temporada en el dique seco supone una gran alegría tanto para el jugador como para la afición. Los responsables técnicos del Real Madrid, en su planificación, tienen la esperanza de que el jugador pueda disputar unos minutos en el partido de vuelta de la Champions contra el Schalke 04 y en plenitud de forma para jugar el derbi liguero contra el Barcelona, donde puede estar en juego la liga.

Sí, es posible que pueda jugar dentro de 20 días unos minutos y encontrarse cómodo dentro del campo. Y también es posible que pueda jugar el derbi liguero contra el Barcelona, pero lo que me parece muy, muy difícil es que el rendimiento del jugador este al mismo nivel de antes de la lesión. En condiciones normales, un jugador que ha estado apartado de los terrenos de juego casi cuatro meses, necesita como mínimo otros dos meses para rendir al mismo nivel que antes de la lesión. Y no solo por el ritmo de la competición, sino como muy bien dice mi buen amigo el profesor Guillén, por la kinesiofobia, o miedo al movimiento, a meter la pierna, a entrar al choque con fortaleza, a golpear el balón con potencia, y eso solo desaparece con el tiempo y los partidos. A los casos recientes de Khedira y Jese nos remitimos.

Consulta el artículo en el Diario AS: http://opinion.as.com/opinion/2015/02/24/portada/1424735318_639924.html