En el análisis de las múltiples variables, que determinan el rendimiento final del futbolista en el día de la competición, cada día marcan más la diferencia los diversos aspectos que condicionan el área mental del jugador.
El concepto abstracto del entrenamiento mental, tiene una importancia vital en nuestros días.
De la misma manera que se entrena para que el día de la competición cada jugador dé de sí, el máximo de su potencialidad en cuanto a talento y condición física, una mala preparación mental, no debería mermar en absoluto el rendimiento físico del jugador. Así pues, hay que trabajar también durante la semana, la preparación mental para competir (motivación, capacidad de concentración y capacidad de trabajo).
La inercia de motivación para competir disminuye considerablemente, en cuanto existe fatiga o derrumbamiento mental o psicológico.
Hay equipos que cuando estan inmersos en varias competiciones su rendimiento es altisimo, sin embargo cuando se les elimina de una de las competiciones importantes, su rendimiento baja de forma considerable, debido fundamentalmente a un bajonazo en el aspecto psicologico , que se traduce de forma inesorable en un bajon en el aspecto fisico, tanto a nivel individual como a nivel colectivo de equipo.
Los viajes constantes, y las largas esperas en los aeropuertos, son también causa importante de fatiga psicológica.
Por lo tanto, si queremos obtener el máximo rendimiento de un jugador, no debemos fijarnos únicamente en el plano físico, sino que hay que vigilar la esfera psíquica. Es por lo tanto fundamental establecer descansos periódicos (a ser posible semanalmente), que se traduzcan en una desconexión con el mundo del fútbol.
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