Caso clínico de un paciente de 39 años de edad que practicaba squash de forma regular y acude a nuestra consulta por dolores en ambas rodillas de dos años de evolución que le han obligado a suspender su práctica deportiva.
Fue valorado por su traumatólogo quien, tras exploración física y estudio mediante resonancia magnética, le diagnosticó de condromalacia rotuliana grado IV en ambas rodillas. Había seguido tratamiento mediante suplementación y reposo deportivo.
Tras nueva valoración clínica se confirmó el diagnóstico y se prescribió tratamiento de rehabilitación mediante masoterapia, cinesiterapia, electroterapia tipo Erba-tec y ejercicios isométricos, e infiltraciones con células del propio paciente.
Tras completar las sesiones de fisioterapia y las infiltraciones articulares el paciente ha manifestado una evolución satisfactoria que le ha permitido reanudar su actividad deportiva, recomendándole realizar la misma a una menor intensidad y frecuencia, pautándole una terapia de mantenimiento mediante protectores, ejercicios domiciliarios, medidas preventivas posturales y revisiones clínicas periódicas.
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