El pasado domingo, en el derbi madrileño, pudimos ver cómo a Cristiano Ronaldo se le salía el protector bucal con el que circunstancialmente estaba disputando el encuentro. Entendimos la jugada, y así la comentamos, como un lance más del juego. Lo que realmente nos extraña es que ahora empiecen a decir que ese protector sirve para aumentar el rendimiento deportivo del futbolista. Que sirve para aumentar la capacidad ventilatoria y para disminuir la fatiga muscular. Pues bien, desde el punto de vista de la fisiología del esfuerzo y desde el punto de vista de la biomecánica respiratoria, el protector bucal es eso, simplemente un protector que nada tiene que ver con el rendimiento deportivo, ni con la capacidad ventilatoria y, por supuesto, con la disminución de la fatiga muscular.
Se trata, además, de un protector blando, con lo que la capacidad de protección está mucho más limitada porque, si fuera duro, desde el punto de vista biomecánico sería más un estorbo que un elemento útil. Recuerdo que anteriormente fueron las tiritas nasales las que iban a ser milagrosas. Poco después, las tiras de colores neuromusculares que lucen ahora muchos jugadores. Y ahora parece que se están poniendo de moda los protectores bucales. Todo ello salido del entorno del Real Madrid. Debería de haber un poco más de rigor y seriedad si queremos que el conjunto blanco siga manteniendo la magia que se ha ganado a lo largo de la historia.
Consulta el artículo en el Diario AS: http://opinion.as.com/opinion/2010/03/31/portada/1270061761_850215.html
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