Las fracturas del pómulo, con afectación del suelo orbitario, son bastante frecuentes en un deporte de contacto como es el fútbol. Normalmente se deben a un traumatismo directo en el transcurso de un partido o entrenamiento y más frecuente durante la disputa de un balón por alto, al intentar rematar o despejar de cabeza. En el caso de Albiol, después del correspondiente estudio radiológico, complementado con TAC, se ha visto que hay una pequeña fractura sin desplazamiento y que el suelo orbitario está libre, sin complicaciones y sin afectación del nervio óptico. Este tipo de lesiones son llamativas durante las primeras horas de su evolución por el componente inflamatorio que conlleva, pero la evolución suele ser rápida y sin ningún tipo de secuelas.
Pasadas las primeras 72 horas con medicación y crioterapia, la inflamación cede de forma significativa y el jugador rápidamente va a poder continuar con su entrenamiento físico sin ningún tipo de problemas en menos de una semana. Sin embargo, el entrenamiento en la dinámica de equipo con contacto va a tardar por lo menos de tres a cuatro semanas, dependiendo siempre de la intensidad de la fractura. No obstante, en muchas ocasiones suele utilizarse una mascarilla protectora, para que, en caso de necesidad, el futbolista pueda jugar sin riesgo de que un nuevo golpe pueda perjudicar la evolución de la lesión. Estos artilugios no suelen ser bien aceptados por el jugador…
Consulta el artículo en el Diario AS: http://opinion.as.com/opinion/2011/10/10/portada/1318272959_850215.html
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